¿Cuántas iglesias tienen el cielo?- Pregunta Pablo Neruda

 

Estaban algunas almas esperando para entrar al cielo, dentro del bullicio de la sala de espera, se encontraron siete almas sentadas, tres de un lado y las otras cuatro dando la espalda, como los asientos del aeropuerto, las tres primera hablaban entre ellas y se preguntaban ¿que habrá en el cielo?, una de ella contesto,

 

-          yo cuando era humana, me decían que en el cielo encontraría una catedral aún más grande que la de san pedro en Roma, en donde estaría Dios, Jesús y todos sus santos y padres de las iglesias, y que nosotros solo los veríamos desde lejos, como cuando estamos en un estadio escuchando un concierto; a pero eso sí, dependiendo como fue nuestra vida en la tierra, estaríamos más lejos o más cerca para poder escuchar todo lo que Dios dice.

 

Una segunda alma se reía a carcajadas, a mi querida alma perdida, yo cuando era humana, en mi iglesia me decían que para llegar al cielo había que pagar, lo que hay ahí no me interesa,  yo di mucho dinero para poder entrar, porque siempre me dijeron que era mejor que ir al infierno.

 

Otra de las almas que escuchaba atentamente, interrumpió y dijo ustedes no saben nada, a mí me enseñaron que no todos entraran al cielo, hay una lista de los predestinado para estar cerca de Dios y yo soy una de esas almas, entrare al cielo y seré feliz.

 

Ahí estaban estas tres pobres almas discutiendo sobre como sería el cielo y esperando que dentro del hubiera una iglesia como en la que ellas habían estado y claro esperando que las otras dos se equivocaran.

Cuando las cuatro almas que estaban dando la espalda decidieron participar en la charla, una de las almas se veía un poco mayor a las otras y les respondió,

-          a mí siempre me dijeron que al entrar al cielo, los caminos serian de oro, plata y diamantes, todo el día escucharía arpas tocadas por ángeles, no tendríamos hambre, ni sed, ni ninguna necesidad humana, sería el cielo un lugar de paz y amor.

-          Otra de las almas, levantaba la ceja y empezó a hablar, todas ustedes están mal, en el cielo, sé que me encontrare con mi familia y podremos estar juntos por toda la eternidad, cantando alabanzas al señor.

-          Y todas empezaron a discutir entre sí, para ver quien tenía la razón y cual iglesia estaría en el cielo, pero las últimas dos almas que se encontraban ahí sentadas, venían juntas y se decían al oído, ellas no saben absolutamente nada de lo que pasara. Les decimos la verdad, al verse a los ojos concordaron decir lo que ellas ya sabían, ya que no era la primera vez que esperaban en la sala. Una de ella se dispuso a decir la verdad, aun sabiendo que no le creerían o no lo tomarían encuentra.

-          Déjenme decirles como dos almas que hemos pasado por aquí varias veces, que en el cielo no hay iglesias, porque no son necesarias, además como podrían las nubes sostener una iglesia, eso no es posible, y déjenme decirles que ahí, ni se canta, ni se baila, ni hay calles de oro y plata, mucho menos veremos ángeles tocas las arpas, no nos sentaremos por la eternidad a escuchar a Dios, ni Jesús y hasta donde yo recuerdo tampoco me he encontrado con nadie de mi familia de la tierra.  Esa puerta que ven ahí, la que tanto anhelan entrar para llegar al cielo, lo que hará es regresarlas a la tierra, para que vuelvan a nacer y tener la oportunidad de ser mejores seres humanos de lo que fueron. No sé cuántas veces tendrán que cruzarla o cuantas veces tendrán que esperar en esta sala, solo sé que hay algo que debemos aprender en la tierra y parece que aún no hay ser humano que lo haga.

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