Ana
Ana entro corriendo a su departamento, llevaba todo el día llamando a su madre y ella no contestaba, pensó que había salido con sus amigas en un principio, pero al ver que a la hora del almuerzo aun no contestaba se preocupó, por lo que llego corriendo a su casa.
Reviso todo el departamento hasta que la encontró, frente a la ventana de su cuarto, con la mirada perdida al horizonte y los audífonos puestos, Ana se tranquilizó, abrazo a su madre por detrás y le dijo que la tenía muy preocupada, su madre volteo a verla con la sonrisa de siempre, le dijo -en que otro lugar podría estar- Ana se sentó frente a su madre y le pregunto por qué no había contestado el teléfono, su madre después de darle una explicación de todo lo que hacía hecho en el día, le dijo que no había nada mejor en el mundo que ver la puesta de sol, desde el piso veinte y la ventana de su cuarto, Ana no entendía como su madre podía pasar horas viendo a través de la ventada perdida en sus pensamiento, cuando había tantas cosas que hacer.
Ana era claro una adicta al trabajo, siempre tiene algo que hacer, ser la dueña de una empresa exitosa no era fácil y menos siendo una mujer, por lo que no entendía de tiempo libres o descanso que no fueran para comer o dormir.
Entonces Ana se puso a darle toda clase de explicaciones a su madre de porque debía ocupar su tiempo en algo más que ver hacia la ventana y la importancia de contestar el teléfono, para no preocuparla.
Su madre sonreía; con toda la calma que una madre habla, le dijo- si paso mi tiempo viendo a la ventana y ensimismada en mis pensamiento, es que estoy recordando los tiempos de mi juventud, donde la pasión me llevo a tantos lugares, es algo que no quiero olvidar- Ana no entendía lo que decía su madre, pero le devolvió la sonrisa, tomo su mano y vio a través de la ventana, ella había pospuesto cualquier sentimiento o aventura que la alejaran de su objetivo tener su propia empresa y no depender de nadie y se dio cuenta que algo le faltaba.
Su madre la observaba atentamente y sabia por la expresión de su hija que no se sentía viva en otros aspectos de su vida como en lo profesional, así que le dijo- Ana, quiero escribir mis recuerdos, no quiero morir y que se vayan conmigo- Ana estuvo de acuerdo y después de buscar en su bolso encontró la grabadora que tenía para no olvidar las ideas que le surgían en el camino y no podía escribir, le enseño como utilizarla y se la dio, no creía que su madre tuviera mucho que contar, pero bueno los hijos no creemos que nuestros padres tuvieron una vida antes de nosotros.
Su madre poco a poco fue grabando todo lo que quería contar, todos los días se la entregaba a su hija y ella guardaba lo que su madre grababa, nunca se dio el tiempo de escuchar las historias de su madre, pasaron algunos meses y cuando su madre sintió que ya había dicho todo lo que tenía que decir, le entrego a Ana su grabadora y le dijo- no hay nada más que contarte, ahora quiero que tu transcribas todo lo que te he dado. (era la forma de hacer que ella escuchara) su hija le puso muchas excusas de por qué no podía, pero su madre dijo que, si no era ella, era mejor que borrara todo. Ana al fin le dijo que sí que lo haría por las noches.
Su madre se despidió de ella y se fue dormir, Ana se quedó pensando cómo le haría para transcribir todas las grabaciones, para ella era tiempo mal invertido, no le dio más importancia en algún momento lo haría y también se fue a dormir, a la mañana siguiente la madre de Ana no despertó.
después de todos los preparativos entierro y despedida de la familia, Ana volvió a su departamento y se sintió más sola que nunca, quería volver a trabajar pero no tenía las fuerzas para hacerlo, tomo una vacación, decidió irse a la playa y transcribir todas las grabaciones que su madre había realizado. Poco a poco Ana fue conociendo a su madre y se sorprendió que ella había vivido al límite siempre, hizo todo lo que su cuerpo le permitió, amo con locura, con pasión, viajo y fue lo que ella quiso ser. Cuando Ana termino de transcribir, se dio cuenta de dos cosas, que ella quería vivir así con pasión y llena de aventuras y sobre todo quería escribir todo lo que le pasara, para que nadie se olvidara de hacerlo.
Después de regresar de las vacaciones Ana, dejo todo en orden en su empresa y se fue a la aventura, su primer destino donde el viento la llevara.
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