Entre el sueño y la realidad

No sé ni cómo llegué ahí, simplemente te seguí, tome tu mano y mis pies corrían detrás de ti.
Mis manos sudaban, mi mente daba vueltas, tenía la necesidad de sentirte cerca, de sentir tu olor, de ver tus ojos color avellana, sabía que no podía suceder nada, como alguien como tu podría fijarse en mí, en alguien mayor que tú, con una vida hecha, pero había algo dentro de ti, que me hacía conectarme contigo, como si tu alma buscara la mía, sentía como si fueran un rompecabezas que por fin se había terminado de armar y ahí estabas entrelazando tus dedos con los míos, sin dejarme ir, mi mente seguía pensando que no creía posible que estuvieras ahí conmigo, mi mente decía ten cuidado, protege tu corazón, no lo dejes, no lo sueltes, él no puede quererte, él es algo prohibido, jamás podría amarte con la pasión que sientes por él. Pero mi mente gritaba ¡cuidado!,  el corazón solamente decía deja que te bese, un solo beso.
Empecé a sentir calor, tus ojos lograron penetrar a los míos, los leían, te acercabas lentamente a mí, quería correr, intente correr. ¡No podía suceder!
Mi respiración era irregular, me faltaba aire, sentía a mi corazón salir de mi pecho y el tiempo se detuvo, tus labios se acercaban peligrosamente, aun podía correr pero no quería, no pude escapar, no podía negar lo que sentía, tus labios llegaron a los míos, una nube bajo, me cubrió por completo, esos labios suaves, sentía como poco a poco invadían los míos y todo empezaba a desaparecer a nuestro alrededor.

Tu manos me sujetaban por la cintura, ya no podía escapar de esos labios, te abrase como si con ello se me fuera la vida, como si en ese instante fuera a morir, tus manos subieron a mi cuello, a mi cabeza, el beso se volvió más intenso, el sabor de tu boca se volvió lo que necesitaba para vivir, ese sabor único a ti y el whisky que supe te habías tomado antes de llevarme contigo (¿Acaso necesitabas valor?). Sentí tu mano posarse en mi pecho, una mano grande y fuerte que no parecía pertenecer a alguien como tú, te tome por el cuello y te acerque más, no quería apartarme de ti, no necesitaba aire, tú te volviste el aire , te necesitaba a ti, tus labios, tus manos, tu cuerpo.

entonces el beso acabo y te alejaste de mí, tus labios, tus manos, tu olor, tu cuerpo, sentir que había un abismo entre nosotros, aun podía sentir tu sabor en mis labios, y tu olor en mis manos, aun podía sentirte junto a mí, pero sabía que eso jamás volvería a pasar y mi mente grito ¡nooo, se ha llevado tu corazón! Y tuve que entender que con ese beso mi corazón dejo de ser mío y ahora te pertenecía. Ahora eras parte de mi pero a la vez no, yo no te tendría así, ese beso jamás se repetiría, me sentía vacía, no quería soltarte, necesitaba alcanzarte.


Y una voz se escuchó a lo lejos, llamándome “mama, ya despierta” y supe entonces donde estaba, mi mente despertó, el sueño había acabado, mis alas se ocultaron y me convertí nuevamente en una oruga tejedora, creando capullos para que mis hijos se volvieran mariposas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vanesa

¿Cuántas iglesias tienen el cielo?- Pregunta Pablo Neruda