El Triste

 

Ahí estaba como cada mañana, en la parte de afuera de la cafetería, con su mismo traje azul y corbata gris; siempre pedía lo mismo un café americano y pan tostado con crema de cacahuate. Cada mañana lo mismo por los últimos tres meses, tal vez no parecería algo extraño que un cliente estuviera en la cafetería todos los días a la misma hora, ya que la cafetería está ubicada en la esquina más concurrida de la Avenida Insurgentes y estábamos rodeados por muchas oficinas. Pero este hombre tenía algo extraño, no era feo, realmente observándolo bien está guapo, alto con el cabello castaño, sus ojos color avellana tenían una expresión triste, tal vez por eso me llamaba la atención, no lo sé, me había acostumbrado a servirle ya sin preguntar que quería, ya lo había nombrado el Triste.

Algunos de los meseros hacían apuestas para saber a qué se dedicaba este cliente en particular, algunos decían que seguramente era un oficinista, con una rutina sumamente aburrida, otros que parecía un abogado, mi apuesta es que era un hombre que se había quedado solo y venir a la cafetería era su único contacto con el mundo. ¿Que habrá pasado con él? ¿Tendría familia?

Unas semanas pasaron y el cliente misterioso siempre estaba en la misma mesa a la misma hora, hasta que un miércoles entró un hombre gordo con cara de abogado, pero de los malos a los que buscarías si quieres justicia por tu propia mano y se sentó en esa mesa, la mesa del Triste, me pregunté si sería bueno sugerirle otra mesa, pero porque tendría que apartar una mesa para el mismo cliente todos los días, lo deje ahí que el Triste buscara otra mesa, aunque sea por este día.

Me di la vuelta y de pronto, todo fue confuso, las personas gritaban, corrían, algo me empujó hacia atrás del mostrador, cuando pude ubicarme donde me encontraba me puse de pie y ahí justo enfrente, una gran nube de humo empezaba a caer, la parte de afuera de la cafetería había desaparecido, la mesa del Triste ya no estaba, el gordo tampoco, ¿qué había sucedido? cuando me di cuenta estaba dando la declaración de lo ocurrido a la policía. Llegaron ambulancias los paramédicos atendían a todos los heridos, volteé hacia lo que quedaba del jardín y ahí lo vi tirado encima de una camilla dentro de una bolsa, era el Triste con una sonrisa dibujada en el rostro.

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